J. Magalló/ La sociedad, hoy, considera más perjudicial fumarse un cigarrillo que un porro. Da la casualidad de que así lo corrobora la evidencia científica, pero no es del agrado de la comisión mixta Congreso-Senado para el estudio del problema de la droga que preside Gaspar Llamazares, como tampoco lo es que los expertos señalen que el actual modo de consumo de drogas no supone un incremento de la inseguridad ciudadana y la conflictividad social.
Como al rancio prohibicionismo, a la comisión mixta Congreso-Senado le gusta la expresión «evidencia científica», pero no su significado. De hecho, aborrece las pruebas. El discurso prohibicionista da por bueno que sus palabras son «evidencia científica». El único inconveniente es que, para imponerla, después requiere del uso de la fuerza. Nada que no haya experimentado la educación española, antaño acostumbrada a que la letra, con sangre entra.
Observatorio Cannábico 